Soy José Luis Serrano, Profesor Titular en la Universidad de Murcia, un fallo del sistema educativo, padre, triatleta…

Soy un superviviente del sistema educativo y esto forma parte del corazón de eduHacking, un proyecto con el que pretendo mejorarme y compartir lo que aprendo.

Nadie financia el proyecto y cuido no ser cautivo de la audiencia. Busco que eduHacking sea casi un reflejo de mí.

Da igual si eres docente o no, si eres un profesional de la educación o no, porque lo que aquí puedes aprender te servirá para muchos ámbitos profesionales y personales.

Antes de seguir con mi presentación, te cuento de qué va esto de eduHacking, que es más interesante.

¿De qué va esto de eduHacking?


Se trata de un proyecto personal con el que pretendo satisfacer mi curiosidad de aprender y mi necesidad de sentirme útil ayudando a otras personas.

Combino el concepto «Educación» con la «Ética del Hacker». Esto significa que la educación, entendida desde el enfoque de eduHacking, es un proceso continuo de exploración, creación y transformación personal y colectiva. No se limita a la transmisión de conocimientos, sino que impulsa el desarrollo de una actitud crítica, ética y colaborativa hacia el aprendizaje. Inspirada en la ética del hacker, promueve la curiosidad, la autonomía, la mejora constante y el compromiso con el bien común.

Busco «verdades» desde la curiosidad, sabiendo que no existe una única forma de comprensión de la realidad y que puedo estar equivocado.

Asumo mi ignorancia, trato de conectar con ella investigándola y traslado este proceso de aprendizaje.

Los temas son variados y procedentes de distintas disciplinas. Trato todo el contenido necesario que sirva para comprender el comportamiento humano, su inteligencia y su relación con el medio. Si somos capaces de entendernos y comprender nuestra relación con el entorno, es muy probable que tengamos algo más de capacidad de juicio y elección.

Para lograr estos propósito, utilizo cinco recursos: un podcast, el correo de los sábados a las 10:15, un blog, un canal en Telegram y las MasterClass.

Abandoné el uso de redes sociales tipo Twitter, Linkedin… Aquí explico esa decisión.

Y ahora te presento con algo más de detalle mis cinco recursos.

Podcast

Mi ojito derecho.

Es el lugar donde converso con personas brillantes y donde también reflexiono en solitario sobre temas que conectan ciencia, aprendizaje, tecnología y vida real. Un formato directo, honesto y sin artificios para pensar en profundidad.

El correo de los sábados a las 10:15

Un mensaje breve, cercano y práctico.

En menos de tres minutos comparto ideas, experiencias reales y aprendizajes aplicables. Es mi espacio más íntimo, donde cuento historias que sirven para entender mejor cómo aprendemos y cómo vivimos.
Desde ahí anuncio también recursos y novedades.

La Plaza Pública de eduHacking 

Un espacio nuevo que funciona como una plaza tranquila donde compartir ideas en proceso.
Allí encontrarás:

  • Reseñas breves de artículos científicos.

  • Notas complementarias de los posts del blog.

  • Textos cortos y largos que están en construcción.

  • Avisos de episodios del podcast.

Puedes leer las publicaciones directamente en tu correo o desde la app, según prefieras más silencio o más interacción.

Blog

Mi hijo mayor, abierto desde 2009.

Aquí publico artículos en los que conecto investigación científica con problemas prácticos del día a día. Es un espacio para pensar con calma, sin prisas ni atajos, y para ofrecer contenido no ultraprocesado.

MasterClass

Formaciones online y en directo, gratuitas para suscriptores de eduHacking.
Duran entre una y dos horas y combinan teoría, práctica y conversación. Las temáticas varían según las necesidades de la comunidad, y toda la información la envío por correo.

Aquí tienes las primeras MasterClass



¿Quieres saber más sobre mí?


Hasta mi llegada a la universidad, mi rendimiento académico fue pésimo. El sistema educativo y yo tuvimos nuestras diferencias.

Los docentes que tuve lo hicieron lo mejor que pudieron, estoy convencido. Pero muy pocos me ayudaron a pensar y a comprender por qué tenía que aprender ciertas cosas.

Sigo detestando la respuesta de «para cultura general». Creo que las personas que siguen diciendo pocas veces han reflexionado de verdad lo que realmente significa la palabra «cultura».

De niño pensaba que no se me daba bien aprender. He coleccionado suspensos desde 3º de EGB. Siempre digo que tengo el récord de exámenes realizados sin haber repetido curso. Solamente reaccionaba en las recuperaciones de junio y septiembre con la única motivación de no repetir curso.

Todo cambió al llegar a la universidad, bueno, en realidad cambiaron las calificaciones.

Doctor en tecnología educativa (2013), máster en psicología educativa (2012), licenciado en pedagogía (2010) y educador infantil (2003) son mis principales titulaciones.

Profesor de universidad desde 2012 y profesor titular desde 2021.

En 2024, fui uno de los ganadores de los Premios de Transferencia del Conocimiento de la Universidad de Murcia, específicamente en la modalidad de divulgación científica.

Tengo dos sexenios de investigación y un currículum de unas cuantas páginas que me aburre actualizar. Que no es garantía de nada, pero no está mal para alguien que coleccionó suspensos hasta Bachillerato 😉

Por suerte hubo al menos cuatro momentos que permitieron que la idea de que no se me daba bien aprender no calase en mí.

Los dos primeros más agradables. El tercero escoció. El cuarto lo terminó de cambiar todo.

En el primero está implicada mi madre. Cuando tenía 3 años me quedaba llorando en la puerta del colegio cuando mi hermano mayor se quedaba. Un día, Sor Josefina le dijo a mi madre: «yo no lo veré, pero este niño será profesor».

Mi madre que es más lista que yo, me recordó esta escena año tras año.

Vamos con el segundo momento.

En una clase de tutoría en 6º curso de EGB, tuvimos una sesión sobre temas de filosofía en la que se nos permitió PENSAR en vez de reproducir cosas que no sabía para qué servían.

Mi maestro Benjamín se acercó a mi amigo Alex y a mí por el pasillo y nos regaló las siguientes palabras mágicas: «es increíble la capacidad de pensar que tenéis algunos con esta edad».

Empecé a entender que sí valía. Que sí me interesaba aprender. Y que lo único que tenía que hacer era sobrevivir y no amoldarme en exceso a un sistema antinatural. Quería seguir pensando a mi manera.

El tercer momento fue desagradable pero realmente efectivo.

Tendría unos 13-14 años con un pavo propio de la edad. En los entrenamientos de fútbol me lo pasaba bien con los compañeros gastando bromas continuas.

Durante una charla de mi entrenador, Andrés el Marranero, yo estaba sin escuchar y con mis bromas.

Andrés paró la charla y me dijo con un tono efectivo: «no te lo tomas en serio, así no conseguirás nada en la vida».

Desde entonces nadie me ha tenido que repetir esto.

Confianza + trabajo serio constante + importancia de escuchar. Todo eso es lo que gané con estos tres momentos.

Pero falta otro más.

El cuarto momento comenzó probablemente en el instante capturado en la siguiente imagen.


Estábamos en quinto año de Pedagogía, y uno ya se siente mayor y piensa que lo sabe todo. Partimos de ahí.

Primero, observa las caras de mis compañeros y compañeras y después la de Antonio Fumero, el ponente invitado que tuvimos en una asignatura.

Durante la charla, me fui poniendo nervioso porque el contenido era muy básico; se plantearon debates que realmente parecían de conversación de bar.

Tras cinco años de estudios, uno quiere seguir alimentando de verdad su pensamiento. Antonio comunicó de maravilla, pero esto precisamente me puso algo más inquieto. Era como un regalo con un excelente envoltorio pero superficial en el contenido.

Pues bien, en el turno de preguntas, levanté la mano y se lo dije tal cual.

Ahora vuelve a mirar las caras en la foto…

Tras intervenir, no quise mirar a mis profesoras. Era su invitado y yo había estropeado la charla al final. Sin embargo, mis compañeras me dijeron que las mirase. Me esperaba lo peor…

Para mi sorpresa estaban sonrientes y con gestos, me felicitaron.

Unos días después, en el pasillo, una de esas profesoras me propuso colaborar con ella y su grupo de investigación.

Mª Paz Prendes y el grupo de investigación de tecnología educativa de la Universidad de Murcia cambiaron mi vida profesional y unas cuantas cosas más… Forman parte del comienzo de eduHacking.

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