Antes de contarte mi historia, lo que persigo con eduHacking y para qué te puede servir, te advierto de algunas cosas porque detesto perder el tiempo y lo último que quiero es hacer que pierdas el tuyo.
Es muy probable que mi contenido no sea para ti. ¿Y sabes por qué?
Porque nos hacen creer que no nos interesa profundizar. Que solo leemos textos cortos. Que no escuchamos podcast de más de 30 minutos.
Que solo buscamos atajos y recetas prefabricadas por otras personas y basadas en la intuición o en la inspiración divina.
Que solo queremos aprender para aprobar asignaturas o una oposición. Que no vemos el aprendizaje como una de las mejores inversiones de vida.
Que pensamos y actuamos igual que la mayoría. Que no somos capaces de decir que no a las expectativas de los demás. Que las redes sociales o los periódicos nos filtran la información y nos ayudan a mejorar o a entender el mundo.
Y podría seguir mucho más. Pero es suficiente para que veas por donde voy. Porque si estás de acuerdo alguna de las cosas que he cuestionado, es momento de cerrar esta web y dejar de pagar con tu limitada atención.
Y ahora te cuento de qué va esto de eduHacking.
Se trata de un proyecto personal y egoísta con el que pretendo satisfacer mi curiosidad de aprender y mi necesidad de sentirme útil.
En el fondo busco ser más libre. Esto lo explico con más detalle en la presentación de mi correo semanal eduHacking a las 10:15, que incluye una foto mía de hace 20 años.
Es lo que me hubiera gustado encontrar hace años. Un sitio que hiciera más digerible lo que dice la investigación y la convirtiera en recomendaciones prácticas. Un lugar que profundice en los temas que realmente mejoran la capacidad de aprender.
Un espacio que no solo ofrezca soluciones, sino que también permita crear soluciones personalizadas según contexto y circunstancias. Un proyecto alejado de las modas que enseñe lo que conviene y no lo que suele gustar a la mayoría.
Un lugar que ahorre tiempo evitando hacer mil cursos ineficaces o largas horas navegando por Internet en busca de información fiable.
Con mi podcast, blog, correo semanal y canal de Telegram, alimento mi superpoder de aprender y espero que el tuyo también.
No busco dar recetas, pues no funcionan ni mejoran tu manera de pensar. Es casi un insulto a tu inteligencia.
Si buscas eso, vuelvo a insistir, cierra esta pestaña y pasa a otra cosa. Hazme caso, tu tiempo en este mundo es muy limitado. Me hace ilusión llegar muchas personas pero me motiva mucho más estar rodeado de personas comprometidas con su capacidad de aprendizaje.
Y ahora, me presento…
Soy José Luis Serrano, Profesor Titular en la Universidad de Murcia y un fallo del sistema educativo, o como me gusta decir, un rarito.
Soy un superviviente del sistema educativo y esto forma parte del corazón de eduHacking. Mi propósito es ayudar a las personas a que disfruten del aprendizaje y no lo utilicen exclusivamente para superar asignaturas o una oposición.
Da igual si eres docente o no, si eres un profesional de la educación o no, porque lo que aquí puedes aprender te servirá para muchos ámbitos profesionales y personales.
Lo que persigo es tratar de ser útil, compartir lo que aprendo, mostrar el valor del superpoder de aprender y que este sea enseñado a otras personas, que pueden ser tus clientes, estudiantes o seres queridos.
Antes de entrar en más detalles, te cuento mi historia.
4 momentos
Hasta mi llegada a la universidad, mi rendimiento académico fue pésimo. El sistema educativo y yo tuvimos nuestras diferencias.
Los docentes que tuve lo hicieron lo mejor que pudieron, estoy convencido. Pero muy pocos me ayudaron a pensar y a comprender por qué tenía que aprender ciertas cosas.
Sigo detestando la respuesta de “para cultura general”.
De niño pensaba que no se me daba bien aprender. He coleccionado suspensos desde 3º de EGB. Siempre digo que tengo el récord de exámenes realizados sin haber repetido curso. Solamente reaccionaba en las recuperaciones de junio y septiembre con la única motivación de no repetir curso.
Doctor en tecnología educativa (2013), máster en psicología educativa (2012), licenciado en pedagogía (2010) y educador infantil (2003) son mis principales titulaciones.
Profesor de universidad desde 2012 y profesor titular desde 2021.
En 2024, fui uno de los ganadores de los Premios de Transferencia del Conocimiento de la Universidad de Murcia, específicamente en la modalidad de divulgación científica.
Tengo un currículum de más de 40 páginas. Que no es garantía de nada, pero no está mal para alguien que coleccionó suspensos hasta Bachillerato, ¿verdad?
Mi caso es rarito…
Por suerte hubo al menos cuatro momentos que permitieron que la idea de que no se me daba bien aprender no calase en mí.
Los dos primeros más agradables. El tercero escoció. El cuarto lo terminó de cambiar todo.
En el primero está implicada mi madre. Cuando tenía 3 años me quedaba llorando en la puerta del colegio cuando mi hermano mayor se quedaba. Un día, Sor Josefina le dijo a mi madre: “yo no lo veré, pero este niño será profesor”.
Mi madre que es más lista que yo, me recordó esta escena año tras año.
Vamos con el segundo momento.
En una clase de tutoría en 6º curso de EGB, tuvimos una sesión sobre temas de filosofía en la que se nos permitió PENSAR en vez de reproducir cosas que no sabía para qué servían.
Mi maestro Benjamín se acercó a mi amigo Alex y a mí por el pasillo y nos regaló las siguientes palabras mágicas: “es increíble la capacidad de pensar que tenéis algunos con esta edad”.
Empecé a entender que sí valía. Que sí me interesaba aprender. Y que lo único que tenía que hacer era sobrevivir y no amoldarme en exceso a un sistema antinatural. Quería seguir pensando a mi manera.
El tercer momento fue desagradable pero realmente efectivo.
Tendría unos 13-14 años con un pavo propio de la edad. En los entrenamientos de fútbol me lo pasaba bien con los compañeros gastando bromas continuas.
Durante una charla de mi entrenador, Andrés el Marranero, yo estaba sin escuchar y con mis bromas.
Andrés paró la charla y me dijo con un tono efectivo: “no te lo tomas en serio, así no conseguirás nada en la vida”.
Desde entonces nadie me ha tenido que repetir esto.
Confianza + trabajo serio constante + importancia de escuchar. Todo eso es lo que gané con estos tres momentos.
Pero falta otro más.
El cuarto momento comenzó probablemente en el instante capturado en la siguiente imagen.
Primero, observa las caras de mis compañeros y compañeras y después la de Antonio Fumero, el ponente invitado que tuvimos en una asignatura.
Estábamos en quinto año de Pedagogía, y uno ya se siente mayor y piensa que lo sabe todo. Partimos de ahí.
Durante la charla, me fui poniendo nervioso porque el contenido era muy básico; se plantearon debates que realmente parecían de conversación de bar.
Tras cinco años de estudios, uno quiere seguir alimentando de verdad su pensamiento. Antonio comunicó de maravilla, pero esto precisamente me puso algo más inquieto. Era como un regalo con un excelente envoltorio pero superficial en el contenido.
Pues bien, en el turno de preguntas, levanté la mano y se lo dije tal cual.
Ahora vuelve a mirar las caras en la foto…
Tras intervenir, no quise mirar a mis profesoras. Era su invitado y yo había estropeado la charla al final. Sin embargo, mis compañeras me dijeron que las mirase. Me esperaba lo peor…
Para mi sorpresa estaban sonrientes y con gestos, me felicitaron.
Unos días después, en el pasillo, una de esas profesoras me propuso colaborar con ella y su grupo de investigación.
Mª Paz Prendes y el grupo de investigación de tecnología educativa de la Universidad de Murcia me cambiaron la vida, forman parte del comienzo de eduHacking y mucho más.
Por cierto, la charla y mi intervención están grabadas y en abierto. Si tienes curiosidad, escríbeme y te la paso.
Pilares de eduHacking
eduHacking nació de mi deseo de fusionar mis intereses y habilidades con lo que considero relevante para el mundo.
Quiero responder a la pregunta que muchas personas se hacen cuando les cae información: “¿y esto, a mí, para qué me sirve?“
La idea es muy simple.
Yo disfruto aprendiendo sobre temas que nos permiten entendernos mejor y ganar autonomía.
Me gusta ir a las fuentes originales del conocimiento: los artículos científicos.
Saco las ideas principales y las convierto en recursos digeribles para que los puedas utilizar y adaptar en tu contexto. Dicho de otro modo: creo puentes entre lo que dice la investigación y lo que pasa en la vida real.
Cuatro son los pilares de eduHacking:
Podcast. Mi ojito derecho. Mi forma más directa de entrar en mentes brillantes y mejorar mis habilidades de conversación y comunicación oral.
Cada dos semanas tienes un episodio con el que podrás aprender en cualquier lugar y al ritmo que te apetezca.
Blog. Mi hijo mayor. Me viene acompañando desde 2009 cuando lo inicié como estudiante universitario.
Ha evolucionado mucho hasta convertirse en un espacio en el que muestro con palabras las conexiones entre lo que dice la investigación y qué utilidad puede tener para resolver problemas.
Dicen que los blog no están de moda y que nadie los lee. Lo primero me da igual (como buen introvertido que soy) y lo segundo no me lo creo.
Un correo los sábados a las 10:15. En menos de tres minutos, compartiré y reflexionaré sobre historias reales con mensajes y contenido que podrás aplicar en tu vida. También tendrás acceso a contenido y formaciones exclusivas. Suscríbete si te apetece, es gratis.
Canal de Telegram. Es un espacio de comunicación más directo con mi comunidad en el que comparto comentarios a estudios científicos, las novedades de eduHacking y otros recursos que utilizo y que recomiendo.
Te he contado mi historia y los pilares de eduHacking, pero me falta decirte sobre qué temas aprenderás. Algo que realmente me cuesta reflejar, lo confieso. Pero te dejo con mi mejor intento.
Parto de la idea de que mantener la curiosidad por aprender es esencial para el bienestar, la innovación y la creatividad.
Encontrarás contenido riguroso sobre pedagogía, psicología, tecnología e innovación.
Todo ello está diseñado con un enfoque práctico y basado en la investigación para proporcionarte los principios y las estrategias más valiosas y útiles. Contado de la manera más directa y clara posible.
¿Y qué gano con todo esto?
De manera directa:
Satisfacer mis necesidad de motivo de logro y reconocimiento social sin esperar validación de los demás.
Poner orden en mis ideas y pensar cada día un poco mejor.
Seguir entrenando mis habilidades para leer, escribir, aprender y comunicar.
Tener acceso directo a personas más inteligentes que yo.
Pasar más tiempo estudiando temas que me interesan con las personas que me apetece.
De manera indirecta:
Aumentar la posibilidad de lograr más financiación para proyectos y contratos de investigación.
Participar en formaciones y eventos de prestigio con personas que no conocería de otra manera.
Como funcionario, estoy más acomodado de lo que podría haber pensando cuando en 2011 tuve que pedir un préstamo para hacer un máster. Desde esa tranquilidad, si gano algo más de dinero aumentaré la probabilidad de crear cosas y vivir nuevas experiencias. O no, nunca se sabe…
Toma el control, en lo que puedas…
Vivimos en una era donde los peligros “ocultos” afectan nuestro comportamiento: desde el ruido informacional hasta los vendedores de productos milagrosos que carecen de personalización.
Estamos rodeados de información superficial y distracciones constantes, tanto internas como externas, que dificultan nuestra capacidad para encontrar quietud y autoconocimiento.
La falta de habilidades de pensamiento crítico facilita que lo simple y lo brillantemente comunicado triunfe, dejando espacio para la manipulación.
Esta prospera en la comodidad y la falta de deseo o habilidad para aprender de manera continua.
Los algoritmos informáticos nos conocen mejor que nuestras madres. Toman las decisiones por nosotros y si se les escapa algo, algunos políticos y algunos medios de comunicación rematan la faena.
En eduHacking los temas son importantes pero detrás siempre está mi obsesión de ayudarte a desarrollar esas habilidades críticas que te permitan amoldarte lo justo al sistema respetando tu rareza.
En realidad, todas las personas tenemos algo de raras.
Pedro Valenzuela (el Koeman) o Bengi, son amigos que me ayudaron con su ejemplo. Ahora, espero ayudarte en el precioso camino que sigo recorriendo para pensar mejor y aprender a aprender para ser más libre.
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