Presentaciones y expectativas
Todavía recuerdo -con precisión total- lo mal que lo pasé los días previos a la presentación de mi Tesis Doctoral. La tarde de antes no era capaz ni de decir los objetivos del estudio (tengo testigos). Sabía que dominaba el contenido, que lo adoraba y que lo acabaría resolviendo favorablemente. Había recibido buenos consejos para preparar la presentación y le había dedicado todo el tiempo y esfuerzo necesario. Sin embargo, con el paso del tiempo he sido consciente de la gran cantidad de errores que cometí durante la preparación. No lo hice mal, pero mis expectativas iban en otra dirección (puede que equivocadamente) y para nada quedé satisfecho, «simplemente», resolví.
Hasta ese momento siempre había disfrutado mucho de presentar e incluso pensaba que lo hacía bastante bien. Puede que sea una cuestión de expectativas erróneas, pero hay más cosas. Errores de planificación, carencias no resueltas con formación, esfuerzo mal invertido… Y lo que es peor: pérdida de confianza y ausencia de conexión con uno mismo y la audiencia. Sin embargo, esa experiencia me estaba indicando claramente que había que mejorar. Nunca he querido convertirme en ponente, conferenciante, speaker o como queramos llamarlo. Sin embargo, saber comunicar saber (como bien el libro de Enrique Suerio) es fundamental en mi trabajo como profesor e investigador en la universidad.
Al poco tiempo comencé a dirigir Trabajos Fin de Máster (TFM). Observé rápidamente como los estudiantes cometían diversos errores durante la preparación y la presentación de sus trabajos. Me resultaban muy familiares. Muchas veces, por la falta de planificación de la exposición y por no darle el valor que tiene. Y es aquí donde considero que como tutor tengo que formar y ayudar. La acción tutorial debe orientar al estudiante durante todo el proceso de diseño, desarrollo, presentación y defensa del TFM (Serrano, 2017).
Cuando se cierra el TFM, siempre me gusta escribir a mis estudiantes para darles pautas para la presentación. A veces, he podido hacer algún ensayo con ellos cuando van con tiempo suficiente. Para este año, he decidido crear este artículo de blog para que también otros estudiantes (o cualquier persona) puedan beneficiarse de las siguientes pautas. Éstas son una especie de combinación entre los errores que yo mismo he cometido o he visto y las estrategias que los expertos en comunicación suelen indicar. Todo ello convertido en 15 recomendaciones para presentar tu TFM, Trabajos Fin de Grado (TFG), Tesis Doctorales y otro tipo de presentación académicas similares cuando tenemos un tribunal de expertos delante.
Antes
1. Planifica. Calcula con la máxima precisión el tiempo que puedes invertir en preparar este acto. Dale valor, porque un buen trabajo puede acabar siendo mediocre por un mala presentación. Sé realista, mide bien tus esfuerzos y dónde invertirlos.
2. Conócete. Si tienes la suerte de tener grabaciones de otras intervenciones, tienes una oportunidad de oro para verte en acción. No seas muy duro contigo mismo y trata de apuntar lo positivo y lo mejorable que veas. Si otros te pueden dar su opinión sería fantástico.
3. Fórmate. Si tienes tiempo suficiente, refuerza con formación algún aspecto de ti que sabes que es mejorable. Cuando eres consciente de algo y no lo trabajas a tiempo, lo más probable es que tu confianza se vea afectada en el día clave. Si los nervios te suelen jugar malas pasadas, puedes trabajar desde ya el mindfulness, técnicas de relajación y activación… Te será útil para esto y otras muchas cosas en la vida. Si no lo has trabajado con anterioridad, de poco sirve aplicar una técnica la noche previa o unos minutos antes de la presentación. Haz los deberes antes.
4. Conocer a tu audiencia. Cualquier experto en comunicación sabe que la audiencia lo es casi todo. Conocerla bien, saber sus intereses y necesidades te permitirá conectar con ella. Si sabes los nombres de tu tribunal, busca información sobre ellos, últimas publicaciones, intereses profesionales e incluso personales, etc. Hoy en día es mucho más fácil acceder a dicha información. Utiliza elegantemente esa información para configurar tu mensaje. Si no conoces los nombres, tienes que hacer un esfuerzo por pensar cómo suelen ser esos expertos que te van a valorar.
5. Domina el terreno. Tienes que saber dónde será el acto. Si es un espacio físico, trata de visitarlo lo antes posible. El dominio del espacio y su buen aprovechamiento es un básico. Si es por videoconferencia, asegúrate el buen funcionamiento de tu equipo. El audio es clave, usa un buen micrófono. Ten pensado desde dónde te vas a conectar, que no haya ruidos y que la calidad de conexión a Internet sea elevada. Prepara siempre un plan B,C.D… Todo puede fallar. Trata de no depender al 100×100 de una sola tecnología.
6. El tiempo es oro. Si te dicen tienes 20 minutos para la presentación, prepárala para unos 15-16 minutos. El tribunal siempre lo va agradecer, salvo que te digan que tienes que estar 20 minutos exactos. Ajústate al tiempo y deja esos 4-5 minutos de colchón por si surjen imprevistos (propios o ajenos). Ten un plan B. Imagina que hay retrasos acumulados y el tribunal te pide si por favor lo puedes hacer en menos tiempo. Si aceptas, ya has ganado un primer punto. Prepara tu presentación en varios formatos, por ejemplo: menos de 10 minutos, 10 minutos y 15 minutos (si 20 minutos es el máximo oficial). Además, esto te ayudará a identificar mejor qué es lo más importante para presentar.
7. Escribe tu presentación con una estructura eficiente. No hace falta que la escribas tal cual, pero sí tienes que definir muy bien qué vas a decir en cada momento. Luego, puede que no lo digas tal cual, no importa. Las partes de tu presentación pueden ser: apertura, explicaciones y evidencias (contenido técnico) y final memorable.
8. Crea un mensaje persuasivo. Para ello, Daniel Kahneman en su libro «Pensar rápido, pensa lento«, nos dice que es necesario reducir tensión cognitiva, cuidar la legibilidad, el contraste y los colores (útil en el diseño de las diapositivas) y utilizar un lenguaje sencillo. Las ideas principales (tienen que ser pocas) son preferibles contarlas de manera sencilla, clara, que resulten incluso familiares, con ejemplos cercanos y se tiene que repetir varias veces. Hazlo fácil y el tribunal lo agradecerá. «La formulación de ideas familiares en un lenguaje pretencioso se toma como un signo de escasa inteligencia y baja credibilidad» (Kahneman, 2012, p. 89). No hagas un resumen del trabajo y recuerda que el tribunal lo ha leído previamente, ve a por lo importante desde el principio, repítelo varias veces y acaba de nuevo con lo importante.
8. La presentación visual para después. Cuando tengas todo bien estructurado, entonces prepara tu presentación visual. No inviertas el orden o la presentación visual tendrá el protagonismo que no se merece. Sabemos que acompañar elementos visuales a nuestro discurso puede potenciar la comprensión y atención de la audiencia. Pero eso no significa que continuamente se tengan que estar utilizando diapositivas, además, es complicado hacerlo bien. No leas las diapositivas, no son chuletas y acabarás generando fatiga al tribunal por provocar utilizar varios canales a la vez. Usa pocas diapositivas. En algunos momentos, te puede interesar poner una diapositiva en blanco para que el tribunal se centre en el protagonista verdadero. Pon el mínimo texto posible. Estoy seguro que muchas presentaciones se harían mejor sin diapositivas.
9. Práctica, práctica y práctica. Tantas veces como sea posible. Grábate y analízate con cariño.
10. Cuída tu motor. El día de antes, descansa y realiza un tipo de actividad para llegar fresco al gran día. Cuida alimentación y el descanso. La comida previa a la presentación tiene que ser suave, deja tiempo suficiente de digestión. No se come antes de cazar, se come después de cazar 😉
Durante
11. Calienta bien. Muchos dicen que Nadal se anota sus primeros puntos nada más pisar la pista. Ejercicios de voz, de respiración o algo de movimiento suave te pueden ayudar mucho. Simplemente haz lo que ya habías planificado y ensayado, no inventes ese día.
12. Imagen, voz y posición corporal. Hemos mimado el mensaje, pero resulta que las palabras pueden ser son lo menos influyente en tu intervención. Suerio (2016) recoge que suponen un 7% de la percepción que se lleva la audiencia. El 55% el aspecto y el tono y actitud el 38%. Más allá de los porcentajes y sus variaciones según el contexto, lo cierto es que nuestro hemisferio derecho es mucho más rápido que el izquierdo, y tanto el manejo de voz como nuestra posición pueden comunicar mucho más rápido que el mensaje. Tenlo en cuenta.
13. Empieza fuerte. Los primeros segundos son claves. Ensaya a la perfección las primeras frases, los tonos de voz, las posturas, los silencios, TODO. Puedes abrir con una afirmación que enganche, un dato e incluso una pequeña historia que emocione. Hazlo a tu manera. Si quieres enganchar con la audiencia tienes que conectar primero contigo mismo. No hagas lo que no sepas y no quieras ser quien no eres. Utiliza muy poco tiempo presentándote o dando las gracias al tribunal (esto siempre lo puedes hacer tras el inicio.
Olvida directamente decir el nombre de tu trabajo. El tribunal lo sabe de sobra y si tienes una presentación visual lo más probable es que pongas el título en la primera diapositiva. Esta apertura puede ser desde escasos segundos hasta uno o dos minutos. Después, ya puedes agradecer al tribunal la oportunidad que te ofrecen para seguir aprendiendo y arrancar con el contenido más técnico de tu trabajo.
14. Acaba fuerte. Gran parte de lo que el tribunal va a recordar de tu presentación depende de lo que hagas y digas al final. Retoma los 2-3 aspectos más destacados, tus hallazagos, implicaciones, lo que sea, pero lo importante tiene que estar al final también. Olvida la clásica diapositiva de «Gracias por su atención» o ese tipo de cosas. Una frase, un dato, una historia, una imagen, pueden ser buenas ideas para tratar de recoger tus ideas importantes. Asegúrate que queda muy claro que has terminado. Para asegurarte, siempre puedes decir algo como: «gracias, ahora quedo a la disposición del tribunal para lo que considere oportuno».
15. Firme pero humilde. Tu trabajo no es la mejor investigación del mundo, pero debe ser la mejor investigación que has podido hacer. No la defiendas, preséntala con cariño y busca seguir aprendiendo. No luches contra el tribunal, tienen más experiencia que tú, es momento de aprender. Dirígite a ellos con respeto y rigurosidad. Llámales Doctor o Profesor y su primer apellido. Mejor de usted. Cuando te hable el tribunal guarda silencio y espera a que te den el turno de palabra. Nunca interrumpas. Toma nota mientras te hablen y solicita permiso para hacerlo.
En los comentarios o preguntas responde lo que sepas. No te inventes nada. Lo que no sepas se admite, se dice que tomarás nota y que te documentarás tan pronto sea posible. A veces se recomienda dejar pasar comentarios del tribunal que no te interese atender. Ciertamente, no me gusta mucho esta estrategia. El tribunal ha dedicado su tiempo a construir un mensaje y que menos que atenderlo de alguna manera. Por ejemplo, recuperando la idea de ese mensaje, repetirla para demostrar que los has entendido y si no se sabe respuesta, directamente decir que ahora mismo no te es posible responder. Mejor ser sincero que pasota. Recuerda que estás aprendiendo.
Tras el acto, descansa y no le des vueltas. Al día siguiente o cuando estés recuperado, pregunta cómo lo hiciste a alguien de confianza que te pudiera ver. Si puedes verte en una grabación sería genial. Recuerda que el acto de presentación o defensa (no me gusta llamarlo así) debe ser entendido como una excelente oportunidad para que expertos ajenos a tu trabajo valoren tus aciertos y errores, siendo un momento ideal para aprender, tanto estudiante como los tutores. Nos guste la idea o no, puede que sea la última vez que alguien lea tu trabajo al completo, sé agradecido.
Espero que estas 15 recomendaciones para presentar tu TFG, TFM o tesis te ayuden a seguir aprendiendo, yo, las sigo intentanto aplicar siempre que puedo, todavía no las domino, que conste.
Y tú, ¿qué recomendación darías?
Imagen: «Piled Higher and Deeper» by Jorge Cham (www.phdcomics.com).
Cuando llegó la hora de defender mi tesis doctoral me dieron diversos consejos (como que no me pasase de innovador en la presentación, aunque yo pensaba y decía que quería sentirme «cómodo» con la misma y no iba a renunciar a mi estilo) pero el mejor fue que disfrutase, que era «mi día» tras mucho tiempo de trabajo.
Ah, me gusta lo de los planes alternativos, porque Murphy suele estar presente; yo creía tener todo controlado y empezaron a fallar cuestiones inesperadas una tras otra.
Hola Iñaki, gracias por comentar.
Sin duda, estoy contigo en que hay que encontrarse cómodo con las presentaciones y lograr disfrutar. Pero sí, sigue existiendo esa idea de no «pasarse» de «innovador» en este tipo de presentaciones y esto hace que sea complicado saber dónde está esa línea. Si el no pasarse de innovador supone alejarse de cómo es uno mismo, creo que no es buena recomendación… Como bien dices, se tiene que disfrutar porque eso lo nota y lo agradece el tribunal. Si se sufre, el tribunal sufre.
¡Un abrazo!