Cómo activar el pensamiento computacional en educación

En este artículo te presento un eBook sobre cómo activar el pensamiento computacional en educación. Está diseñado especialmente para docentes de educación primaria en formación y en servicio que quieran iniciarse en el pensamiento computacional y la robótica educativa de manera efectiva. Antes, veamos la importancia de este concepto, su utilidad y algunos de los importantes interrogantes que las limitadas evidencias disponibles hasta el momento nos indican.

ACTUALIZACIÓN IMPORTANTE: este artículo ha sido actualizado el 9 de noviembre de 2022. La actualización ha consistido unicamente en eliminar los hipervínculos de descarga del manual. Esta versión quedó obsoleta. En su lugar, he publicado el libro «Pensamiento computacional en educación: kit de conocimientos para antes de comprar y programar un robot«, que sin duda, mejora la guía que anuncié en este artículo de blog.

¿Está presente el pensamiento computacional?

En 1980 Seymour Papert analizaba la “cultura computacional” y su impacto sobre el pensamiento. Ya en ese momento afirmó que la penetración masiva de ordenadores potentes en la vida de las personas acabaría sucediendo. Casi treinta años después, Alan Bundy publicaba en 2007 un artículo llamado El Pensamiento Computacional está presente. Veamos hasta qué punto y cuáles son los interrogantes educativos que siguen activos.

Las políticas educativas, la industria tecnológica, la demanda de mano de obra formada en contenidos STEM, han provocado -casi de manera indiscutible- que los docentes sientan la necesidad de formarse en estrategias para el desarrollo del pensamiento computacional con programación y robótica educativa. Como resultado de esta tendencia, en los últimos años han aumentado los estudios realizados sobre la temática. Sin embargo, las prácticas de los docentes en los centros educativos han ido a una velocidad mayor que la investigación realizada. De esta manera, una vez más, las prácticas basadas en la experiencia y el ensayo-error predominan sobre las prácticas educativas basadas en evidencias.

¿Para qué es útil?

Este movimiento se acaba justificando desde múltiples perspectivas y con diversos supuestos beneficios. Casi ninguno de ellos basados en evidencias. Dos son las premisas que probablemente más comunmente se utilizan: el pensamiento computacional preparará mejor a cada estudiante para vivir en un mundo digitalizado; y que estos “pensadores digitales” serán “superiores” en la resolución de problemas en cualquier ámbito. Ambas cuestiones, siguen a día de hoy sin tener ningún fundamento sólido (Denning, 2017). En la revisión sistemática realizada por Lockwood (2017) se concluye que integrar la enseñanza del pensamiento computacional podría:

– Mejorar las habilidades analíticas.
– Proporcionar un mejor entendimiento sobre la programación, siendo una herramienta para resolver problemas y no solo una manera de crear código.
– Mejorar las actitudes de las mujeres hacia la programación.
– Ser utilizado como un indicador temprano para predecir el éxito académico.

Sin embargo, el propio autor, resalta que todavía es pronto para que estos argumentos tengan evidencias sólidas ya que se necesita una mayor investigación sobre la enseñanza del pensamiento computacional.

¿Qué dice y qué no dice la investigación?

La mayor parte de los estudios analizan la definición y elementos del pensamiento computacional. Esto es un indicador claro del punto real en el que se encuentra la investigación al respecto. La falta de consenso de un aspecto tan determinante como es la definición, los componentes y la estructura del pensamiento computacional ha provocado que su evaluación sea realmente complicada.

De esta manera, se dificulta, por ejemplo, el diseño de principios pedagógicos que guíen su enseñanza y aprendizaje. Su inclusión y la manera de hacerlo en las distintas etapas educativas -e incluso en la formación inicial del profesorado- queda prácticamente “en manos” de la intuición o del ensayo-error. Y todo motivado por unos supuestos efectos positivos que a su vez carecen de evidencias consistentes.

Cierto es que en los últimos cincos años los esfuerzos desde la investigación comienzan a dirigirse a tratar de establecer su evaluación y las estrategias más eficientes para su enseñanza y aprendizaje. Han comenzado a proliferar (especialmente en 2020) publicaciones basadas en estudios empíricos que pretenden dar respuesta a esta necesidad que, en múltiples ocasiones surge de los centros educativos de educación obligatoria.

Interrogantes educativos

Muchos son los interrogantes por resolver. Más allá de ser un problema, es una oportunidad. Una magnífica ocasión para partir de las bases de la tecnología educativa y fijar algunas pautas tanto para su implementación en el aula como para su enseñanza durante la formación inicial del profesorado.

Es curioso ver algunas de las advertencias que los propios expertos en ciencias de la computación han realizado durante años. Por ejemplo, Caeli & Yadav (2019) indican que ya en la década de los años 60 se discutía sobre la ausencia de pedagogía en este asunto. Además, se realizaba una fuerte crítica hacia las ciencias de la computación por el enfoque seguido. Los autores, recuperan el trabajo de Pea & Kurland (1984) para advertir del riesgo que tiene estar en un clima de optimismo -sin crítica- sobre la informática. Este clima puede provocar ideas ingenuas “tecno-románticas” que son equivocadamente integradas en los planes de estudios (y otros planes de formación) sin ningún tipo de respaldo por parte de las evidencias. Varias décadas después, parece que la historia se repite.

Es momento para trabajar de manera interdisciplinar, pero, los principios de integración de los medios en la enseñanza y el aprendizaje que guiarán los procesos de implementación y formación parten de las bases de la tecnología educativa. También es una excelente ocasión para acercar la investigación a los centros y viceversa. Los investigadores deberíamos responder a las necesidades de contextos educativos reales. Guste más o menos, lo cierto es que los docentes necesitan de una formación integral y crítica al respecto.

eBook para activar el pensamiento computacional en educación

Líneas atrás, indicaba que son varios los interrogantes por resolver. Veamos los más determinantes teniendo en cuenta los estudios realizados hasta el momento y sus conclusiones. ¿Qué es exactamente el pensamiento computacional? ¿Cuáles son sus elementos o habilidades? ¿Se requiere tecnología para su desarrollo? ¿Qué papel tiene la programación? ¿Su desarrollo es relevante para materias no STEM? ¿Cuál es el papel de la robótica educativa? ¿Es necesario que todos los estudiantes de enseñanza obligatoria lo aprendan? ¿Desde qué edad? ¿Cuáles son las estrategias más eficientes para su enseñanza y aprendizaje? ¿Cómo se puede evaluar? ¿Cómo es la formación inicial y permanente del profesorado?

Dar respuestas básicas a la mayoría de estas cuestiones con rigurosidad es el principal objetivo que tengo con la elaboración del eBook «Cómo activar el pensamiento computacional en educación». Lo podrás descargar gratuitamente si te interesa (enlace). Está pensado especialmente para docentes en formación y en servicio que sientan que no saben muy bien de qué va este tema y que no tienen muy claro por dónde empezar.

Con este eBook podrás entender qué es el pensamiento computacional, su relación con la programación y la robótica educativa, las claves metodológicas para su enseñanza y ejemplos de actividades que podrás reutilizar y adaptar en tu contexto. Todo enfocado especialmente a la Educación Primaria.

He sintetizado mucha información para que este eBook sea realmente un recurso que ayude a saber por dónde empezar con el pensamiento computacional y la robótica educativa. Espero que te sea de utilidad.

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