Qué debes saber antes de usar tecnología para enseñar y aprender

Si quieres utilizar tecnología para enseñar y aprender, debes saber antes que existe una disciplina que se encarga de estudiar el uso educativo de los medios: la Tecnología Educativa (TE). Deberías conocer las lecciones que ofrece su historia y entender sus características para no repetir los mismos errores del pasado.

En este artículo muestro lo que debes saber antes de usar tecnología para enseñar y aprender. Da igual si eres docente en infantil, primaria, secundaria, FP, universidad o eres un emprendedor que basa su negocio en info-productos digitales o cursos de formación. Este artículo te ayudará a ser más eficiente como formador y aprendiz y a ser más crítico ante el aluvión actual de propuestas tecnológicas.

¿Qué es la Tecnología Educativa?

Resumiendo mucho, estas son sus características (Serrano, et al., 2016):

  • Es una disciplina que tiene como principal campo de actuación el uso de los medios. Como ha repetido en numerosas ocasiones el profesor Francisco Martínez, la TE debe insistir siempre en esta pregunta: ¿por qué este medio aquí y ahora?
  • Analiza el uso de las TIC en el proceso de enseñanza y aprendizaje en contextos formales y no formales. Da valor al proceso comunicativo.
  • Estudia el impacto de las tecnologías en el mundo educativo en general. Su campo de actuación va más allá del uso de los medios dentro del aula.
  • Sigue un enfoque sociosistémico que analiza procesos mediados desde una perspectiva holística e integradora.

Breve historia de la Tecnología Educativa

La Tecnología Educativa tiene una historia corta, aunque es más larga de lo que muchas personas creen (Eileen Scanlon)

La tecnología ha estado presente en todos los grandes cambios y avances del Homo Sapiens. Además de posibles mutaciones genéticas accidentales, nuestro cerebro se desarrolló en gran medida gracias a los cambios en la alimentación. ¿Pero qué permitió que pudiéramos ser mejores cazadores-recolectores? ¿Qué permitió poder cocinar los alimentos? ¿Qué está detrás de los cambios sociales de las revoluciones agrícolas, industriales y tecnológicas?

Símbolos y pictogramas en las cavernas, la escritura, la invención del papel, la difusión de textos, la imprenta, medios de transporte más eficientes, pizarras, libros, radio, sistemas de alcantarillado, el reloj, los mapas, Internet, los robots, la inteligencia artificial… Son tecnologías que determinan nuestra historia más que cualquier religión, ideología política o persona.

La evolución necesaria de la TE es coherente con la propia evolución humana (Prendes, 1998). Los avances tecnológicos y la necesidad de repensar los propósitos de la educación y los sistemas educativos han influido en la evolución de la TE. Son muchas las hipótesis que explican las influencias. Scanlon (2021) ofrece dos: el desarrollo tecnológico impulsa los cambios en la TE; o los cambios sociales exigen nuevas soluciones (tecnológicas) a los problemas educativos que impulsan los cambios.

La historia de la TE nos enseña importantes lecciones. Conocerla no resuelve nada práctico pero desconocerla es un grave error. En este libro diferenciamos las siguientes etapas:

– Antecendentes históricos: pinturas rupestres del paleolítico, los sofistas griegos (S.V a.c.), la obra Didáctica Magna (1630) de Comenio, las influencias de Rousseau o Pestalozzi, las investigaciones de Thorndike y de Dewey (ya en el siglo XX) son considerados hitos esenciales en su gestación.

– Etapa de conformación como disciplina (década de los 50): influencia de la psicología conductista, la enseñanza programada y las máquinas de enseñar. Skinner como gran representante de la idea de que el comportamiento humano marca la planificación del uso y diseño del medio.

– Llegada de los audiovisuales (década de los 60): el vídeo provoca nuevas preocupaciones en la disciplina. Algo similar a lo que las TIC hacen desde hace más de dos décadas. Son años en los que el rigor científico en los estudios es altamente valorado.

– Influencia de la Teoría de Sistemas (década de los 70): época de gran euforia tecnológica en la que surgen las primeras definiciones de la TE.

– Crisis de la TE (década de los 80): se cuestionan los cimientos, se duda de la incidencia de los estudios en la realidad escolar al no terminar de aportar soluciones a problemas educativos.

– Madurez y consolidación (década de los 90): adquiere su espacio propio sin dejar de reconocer la influencia de la tecnología, la psicología, la comunicación y el movimiento de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS).

– Llegada de las TIC: el uso del concepto de TIC se impone claramente al del TE. O lo que es peor, en ocasiones se convierten en sinónimos.

Influenciable, evolutiva y adaptativa

Lo único que se mantiene en la naturaleza es el cambio (Natàlia Balagué)

Cabero (2016) considerada que la TE es una de las disciplinas de las Ciencias de la Educación que más ha evolucionado a pesar de los retrocesos continuos en sus principios. Esto puede deberse a que expertos de otras disciplinas desconocen la historia de la TE y perciben que es un campo nuevo y fértil para buscar soluciones a los problemas prácticos que encuentran mientras enseñan y aprenden (Scanlon, 2021).

Es una disciplina relativamente joven. De carácter interdisciplinar e influida y fundamentada desde múltiples disciplinas: las teorías del aprendizaje de la psicología (conductismo y cognitivismo), las de la comunicación y las de sistemas (otorga valor al contexto de aplicación de la tecnología). Habitualmente también es aceptada la influencia de otras disciplinas o áreas como: la didáctica, organización y currículum, teoría de la educación, sociología de la educación, el desarrollo tecnológico y social, la  inteligencia artificial, el estudio de la interacción máquina-humano y la antropología.

La amnesia histórica de la Tecnología Educativa y sus consecuencias

Desconocer la historia ha propiciado repetir el gran error de la TE: centrarse más en los medios que en los procesos (Martínez, 2016). La TE va más allá de usar Internet, adquirir competencias digitales o hacer uso de recursos en el aula (Castañeda et al., 2020; Prendes, 2018). Se suele etiquetar un problema tecnológico a un problema educativo o social.

En Prendes y Serrano (2016) formulamos una serie de leyes a modo de metáforas que reúnen los principales errores que se repiten continuamente:

Ley de la Polka. Es muy habitual encontrar experiencias e investigaciones que de repente descubren algo totalmente revolucionario para enseñar y aprender. Se introducen nuevas siglas y conceptos que vienen a repetir viejas ideas obviando la base real. A veces la única novedad es que están en inglés. Estas ideas recurrentes, son un claro reflejo de la amnesia histórica de la TE. Weller (2020) lo denomina la “mentalidad del año 0”, caracterizada por la tendencia de redescubrir ideas con desarrollos que operan de forma aislada sin basarse en evidencias.

Ley del bálsamo de Fierabrás. Desde el nacimiento de la TE se ha repetido que no hay una solución mágica. Ninguna tecnología va a ser la solución de todos los problemas de la educación. Sin embargo, frecuentemente se publican investigaciones o se realizan conferencias en las que parece que se ha descubierto la piedra filosofal. Weller (2020) critica las presiones comerciales de las empresas emergentes que ofrecen productos para la TE con el uso de discursos impregnados de tintes revolucionarios, innovadores, emotivos o disruptivos. Estos términos, son abrazados con cierta calidez por un gran número de personas, que esperan que las tecnologías provoquen cambios sustanciales. Vendidos los productos, las falsas promesas se olvidan hasta el siguiente avance tecnológico.

Ley del País de las Maravillas. Uno de los efectos no deseados de las tecnologías es que su brillo nos deslumbre, preocupándonos más por las tecnologías como meta y elemento clave de la innovación educativa. Lo relevante son las metodologías, competencias, necesidades del alumnado, el contexto… Weller (2020) señala que el tecno-optimismo de “esta vez sí funcionará” hace que una y otra vez se relancen tecnologías en busca del ansiado éxito educativo. Los cambios en las actitudes sociales hacen que el uso de la tecnología promueva estos mismos intentos hasta que el contexto favorezca su integración.

Estos múltiples intentos sin aprender de los fallos anteriores suponen una pérdida de tiempo y dinero. Ensayo y error, probar, y ver qué sucede, no parecen estrategias acertadas en la integración educativa de las tecnologías. Muchas tecnologías existentes seguirán estando presentes, pero no se adoptarán hasta que se produzcan los desarrollos en las estructuras sociales necesarias. La inteligencia artificial, el desarrollo del pensamiento computacional o los mundos virtuales, son claros ejemplos.

Existe una adopción masiva en educación de tecnologías que no han sido diseñadas con fines educativos. Estas plataformas comerciales generan diversos problemas como el respeto de la privacidad, la vigilancia de datos o la gestión de la identidad digital. Asuntos no atendidos correctamente desde la TE. Los especialistas en TE debemos estar presentes tanto en el diseño de nuevas tecnologías, en las negociaciones con empresas tecnológicas y en la elaboración de planes de formación impulsados desde las políticas educativas.

Ley del exceso. Un aumento significativo de la información no provoca precisamente la creación de nuevo conocimiento. Uno de los grandes retos de la TE actualmente es contribuir al desarrollo de competencias para la gestión de la información como una parte fundamental de la competencia digital de cualquier ciudadano. En un contexto digital de abundancia, Bartolomé y Grané (2013) señalan que la información inabarcable es uno de los interrogantes educativos de la sociedad del conocimiento.

Ley de la caducidad. Los resultados de las investigaciones en este campo se ven muy afectados por una característica propia de las tecnologías: la caducidad. Los investigadores y los editores de revistas deberíamos reflexionar sobre qué y cómo se está investigando. Si realmente se pone el foco en una tecnología concreta para ver su utilidad, casi con toda seguridad los resultados de esa investigación caducarán en un espacio de tiempo muy inferior al deseado.

¿Por qué este medio y por qué aquí y ahora?

Si un biólogo dijera: aquí hay un virus realmente genial; veamos qué sucede cuando el público lo pone en sus manos. Eso sería inaceptable. Pues es lo que Silicon Valley hace. Esto es indicativo de una industria muy inmadura. Tenemos que comprender este daño y ralentizar la forma en que la que implementamos la tecnología.

Esta analogía realizada por Hany Farid y recuperada por Weller (2020), refleja una de las realidades que a los tecnólogos educativos más nos incomoda: el caminar más rápido de la palabra “tecnología” sobre la palabra “educativa”.

La historia de la TE nos enseña que esta disciplina no es un juego para impacientes. La teoría de la disrupción no es útil para el sector educativo. La educación en todos sus niveles debe adherirse más a principios básicos que a supuestas necesidades o deseos fomentados por ideas poderosas, no fundamentadas y acompañadas con promesas de cambios rápidos y sin esfuerzo.

No importa tanto cómo es tu competencia digital o la tecnología que utilizas. Lo primero es prestar atención a la procedencia de las modas tecnológicas promovidas por agentes externos al ámbito educativo. Existen problemas educativos para gestionar el volumen actual de información digital, así como para activar el botón del pensamiento crítico en busca de argumentos sólidos basados en evidencias, experiencias contrastadas y no en discursos disruptivos con falsas promesas promovidos por agentes externos a la educación.

En definitiva, si quieres usar la tecnología para enseñar y aprender pregúntate primero: ¿por qué este medio y por qué aquí y ahora?

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