Tomar notas que piensen. Ese es el objetivo. No anotar por anotar, sino externalizar la memoria para ganar claridad, enfocarnos mejor y decidir con calma.
Las notas no son un fin: son el puente entre la información que consumimos y las cosas útiles que producimos (un trabajo, una clase, un guion, una decisión). Y hoy, con buenas herramientas y algo de inteligencia artificial (IA), ese puente puede ser más corto y sin baches.
Por qué tomar notas hoy (más allá de tomar apuntes)
Tomar notas es sacar de la cabeza lo que la cabeza no necesita guardar. La mente es la RAM; tus notas, el disco duro. Cuando confías en un sistema externo:
- Reduces ruido y ganas claridad.
- Mantienes un historial consultable (qué leíste, qué pensaste, qué decidiste).
- Recuperas lo importante en menos de un minuto y desde cualquier dispositivo.
- Tomas mejores decisiones porque ves patrones y evitas depender solo de la memoria del momento.
- Te ayuda a aprender.
El soporte (papel, digital, Kindle/e-ink…) es secundario frente a dos principios: elaboración (no transcribir sin pensar) y recuperación rápida (que lo que anotaste vuelva cuando lo necesitas).
Mis tipos de notas
No todas las notas sirven para lo mismo. Esta es la familia que uso tras muchas iteraciones:
- Información de otros: libros, artículos, clases, podcast, vídeos. Subrayados, ideas clave y citas con fuente.
- Incubadora por proyectos: una nota por proyecto vivo (podcast, curso, blog, asignatura). Añades ideas sueltas sin orden perfecto: ya organizarás en revisión semanal o mensual.
- Diario/reflexiones: pensamientos breves sobre decisiones, aprendizajes o entrenamiento. El formato audio es ideal, si luego transcribes a texto de manera automática, con IA, por ejemplo.
- Productos propios: posts, presentaciones, materiales de clase. Aquí conviertes información en algo entregable (producto) y a su vez se convierte en una nueva nota, como este artículo de blog que estás leyendo.
- Tareas y nota diaria: lo operativo (siguientes pasos, fechas, recordatorios) y el plan del día. Asuntos de organización, tareas pendientes y productividad.
En mi caso, las notas “por temáticas” (p. ej., “Inteligencia Artificial” en genérico) tienden a diluirse. Funciona mejor anclarlas a proyectos/productos concretos: te obligan a decidir y a producir.
IA como copiloto, pero mejor si le das tu materia prima
Para mí, un valor clave de la IA viene cuando la alimento de mi información y conocimiento.
De mis notas.
Si solo le pides “hazme un resumen” sobre nada en concreto, tendrás “comida recalentada”. Si le das tus subrayados, tus audios y tus decisiones previas, te ayuda de tres formas:
- Estructurar y aclarar. Por ejemplo, subrayas en un libro que usa tecnología que imita el papel, exportas a texto plano, y pides a la IA un esquema para preparar una diapositiva o un post (citando la fuente original).
- Resumir y destacar. Grabas un audio tras una reunión; la IA lo transcribe y te devuelve puntos clave, acuerdos y siguientes pasos.
- Detectar patrones. Con un diario (aunque sea sencillo) la IA encuentra repeticiones y señales: qué te funciona, qué no, dónde ajustar.
La regla ética y práctica es simple: di de dónde sale la información y reserva para ti la decisión final.
Mi flujo básico en beta permanente
No es un sistema perfecto; es un sistema que uso y que está abierto a mejoras continuas. De forma breve:
Capturar: reducir fuentes y fricción
- Libros: subrayo en Kindle y exporto subrayados/notas a texto a Obsidian. Con un plugin y de manera automática.
- Ideas sueltas: nota rápida en Obsidian desde el móvil o el portátil, o audio corto con la grabadora Plaud.
- Reuniones/entrenos: grabo; la IA de Plaud transcribe y estructura (resumen + puntos clave).
Organizar: tiene que acabar en un solo sitio
- Centralizo en Obsidian (Markdown, texto plano). Es portable y no dependo de una app: los ficheros son míos y están alojados en Dropbox. Me permite sincronizar dispositivos y no depender de ninguno. Seguridad, lo primero.
- Carpeta por proyecto/producto (Incubadora, Productos, Diario, Tareas).
- Criterio de oro: recuperación en menos de un minuto desde cualquier equipo. Si esto falla, hay que revisar.
Producir: convertir información en algo útil
- Pido a la IA un esquema o preguntas guía sobre mis notas.
- Elaboro: conecto ideas, añado ejemplos, cito fuentes que influyen en un producto (artículo de blog, artículo para La Plaza pública de eduHacking Substack, una clase, una formación…).
Por ejemplo, utilicé una grabación sobre una ponencia que hice sobre tomar notas con IA para crear ideas y contenido para este artículo de blog.
Caso práctico: mi diario de entrenamiento con IA
Para ver el flujo en acción, un ejemplo real que uso a diario. Es simple, sostenible y sigue el circuito capturar – organizar – producir.
Capturar: audio de menos de un minuto tras cada entrenamento con sensaciones clave (cómo me he sentido, molestias, energía, sueño).
Organizar: la IA transcribe y estructura los audios en puntos claros.Todo a Obsidian en la carpeta correspondiente con su fecha.
Producir: revisión periódica (por ahora, semanal). Uso además un GPT personalizado que me devuelve una valoración de la semana, ajustes propuestos y análisis si triangulo contenido cuantitativo (HRV, duración, kms…) del entrenamiento para cruzar más información. Este análisis es además una nueva nota que registro para futuras revisiones.
Al final de cada revisión sale algo usable: un resumen breve de la semana, ideas para tomar nuevas decisiones, un plan ligero (3–4 orientaciones, no un calendario) y dos o tres microajustes concretos si los necesito.
¿Qué gano? Mantener o revisar el rumbo, un historial consultable que me recuerda qué me funciona… sin perder flexibilidad.
¿La parte menos bonita? Requiere constancia: si me salto la revisión un par de semanas, se me acumula información que puede convertirse en una carga extra de cosas pendientes por hacer.
Más allá del ejemplo, la idea de fondo es sencilla: si registras una entrada mínima pero constante y la guardas siempre en un único lugar, entonces puedes transformarla con calma en salidas claras y accionables.
No hace falta volumen, sino constancia; no hace falta perfección, sino convertirlo en una decisión o siguiente paso.
Notas que piensan… contigo
Tomar notas no es coleccionar datos ni alimentar nuestra necesidad de control, es preparar tu yo futuro para decidir mejor. El reto es diseñar un sistema personalizado lo más sencillo posible que permita capturar, organizar y producir conocimiento con la información que selecciones y con la ayuda de la IA
Cuando alimentas la IA con tu propia materia prima, tus notas “piensan”: te devuelven lo que necesitas, cuando lo necesitas. El resultado no es más tecnología, sino menos fricción y más posibilidades de acción y reflexión.





