Por dónde empezar a escribir un artículo científico y errores típicos

En este artículo te muestro por dónde empezar a escribir un artículo científico partiendo de la estructura tradicional más utilizada. Además, recopilo los errores típicos que te interesa evitar. Finalmente, te ofrezco un decálogo que te ayudará a publicar tus artículos sin perder el norte con esto de las publicaciones en revistas científicas. En un segundo artículo, reuniré las principales estrategias que conozco y utilizo para escribir un artículo científico de manera productiva, saludable y creativa.

Mi objetivo final con estos dos artículos es aportar estrategias, técnicas y hábitos que te ayuden a gestionar bien tu tiempo y energía mientras escribes tu artículo científico. Si mejoras tu escritura aumentarás la probabilidad de que acepten tu trabajo. Recuerda que se publican investigaciones de calidad y bien redactadas.

¿Por dónde empiezo a escribir?

Primero debemos conocer la estructura (apartados) más utilizada actualmente. Puede variar según el tipo de investigación o las directrices para autores de la revista. En general, estas son las partes principales: título, resumen, palabras clave, introducción, método, resultados, discusión, conclusiones y referencias bibliográficas.

Una vez que hemos finalizado nuestra investigación, tenemos seleccionada la revista (ver estrategias) y hemos estudiado bien las normas de publicación, es momento de decidir por dónde empezar. Mi consejo es que redactes lo primero el método. Debes mostrar la información necesaria que permita entender tus resultados y ofrezca la posibilidad de replicar tu estudio. Después, redacta tus resultados y las principales conclusiones derivadas de los datos según tus objetivos y preguntas de investigación.

Como está finalizada tu investigación, doy por hecho que tienes la revisión teórica en «algún sitio». Ahora sería momento de crear uno de los apartados que marcará la diferencia y en el que hablas como autor: la discusión. Este es el espacio en el que contrastas lo que ya se sabía con lo que has aportado según los resultados obtenidos en tu estudio.

Después, crea dos o tres párrafos con las conclusiones de tu estudio, posibles limitaciones y futuras líneas de investigación. Presta atención a este final de artículo porque para muchos será de lo primero (o segundo) y único que lean de tu artículo.

Con todos estos apartados escritos, es un buen momento para editar. Se trata de repasar lo que has escrito en busca de errores, información irrelevante, erratas, etc. Esto te permitirá, por ejemplo, ver el espacio que te sigue quedando. En base a eso, ya puedes preparar el marco teórico. No te extiendas innecesariamente en esta parte. Limítate a definir los conceptos clave con rigor; indica lo que se sabe de tu tema de estudio recogiendo los estudios previos más importantes; qué preguntas siguen en el aire; cuáles atiendes en tu investigación; y qué valor aporta tu estudio.

A continuación, redacta el resumen y escribe un buen título. Son las partes más importantes para que alguien acabe leyendo el artículo. No te precipites. Cuídalos mucho porque es la carta de presentación de tu artículo. Finalmente, pon las palabras clave y las referencias bibliográficas (si usas algún gestor bibliográfico te ahorrarás mucho tiempo).

Es complicado determinar la distribución del artículo porque depende de muchas variables. Te dejo la siguiente imagen por si te ayuda.

Murillo, Martinez-Garrido y Belavi (2017)

Errores típicos

Como editor y revisor de revistas, observo frecuentemente los siguientes errores:

Marcos teóricos extensos y sin el contenido clave. Definir los conceptos o variables de estudio es esencial en esta parte. No te enrolles ni dejes que la retórica se apodere de ti en este tipo de escritos.

No especificar las preguntas de investigación o las necesidades del estudio. Cada vez más me suele gustar leerlas e incluirlas justo al final de la parte teórica. Al inicio del método también puede estar bien e incluso, casi de lo primero en la introducción.

Tardar mucho en indicar el objetivo y participantes del estudio o hacerlo de forma incompleta.

Estructuras caóticas en las que se mezcla el contenido entre varios apartados. Te aconsejo que tengas muy claro que va en cada parte y trates de no repetir información. Por ejemplo, no pongas las mismas referencias en la parte de introducción que en la discusión. De paso, ahorrarás espacio. No lo cuentes todo, comparte lo importante y útil porque es lo que busca el lector.

– No seguir las directrices de la revista. El 90% de los artículos que entran en la revista RIITE no cumple alguna norma. Esto puede ser motivo de rechazo. Si la revista es de alto impacto lo más probable que tu artículo no llegue ni las manos de los revisores. No te precipites con el envío y asegúrate que cumples todas la normas de publicación. No hay nada peor para un editor que ver que las directrices no se han cumplido 😉

– No explicar con el detalle necesario el procedimiento de investigación seguido y no compartir los instrumentos de recogida de información. En muchos casos, como revisor, no sigo analizando un artículo si, por ejemplo, no tengo acceso a un cuestionario utilizado. ¿Cómo saber qué información tengo que poner? Pues aquella que sea necesaria para poder replicar tu estudio.

Hacer la discusión «por cumplir» y no contrastar adecuadamente tus avances con el conocimiento que ya se sabía. Si el diseño de la investigación es correcto, me atrevería a decir que es el apartado más importante. No te limites a describir; interpreta tus resultados con precaución sin ser dogmático; y reconoce las limitaciones de tu estudio. Antes de que otros las vean, cuéntalas sin fustigarte, claro…

– Errores de maquetación y de redacción. Hay que repasar varias veces el artículo. Si hay varios autores, lo mejor es hacer varias rondas finales de revisión. Sería fantástico si tienes algún colega de confianza que acceda a revisar el artículo antes de enviarlo.

Decálogo para escribir y publicar un artículo

El mundo de los artículos en revistas está plagado de tentaciones, malas prácticas y falsos atajos. Como cierre de una formación (presentación visual de la primera edición del curso) que imparto en la Escuela de Doctorado de la Universidad de Murcia, utilizo el siguiente décalogo para ayudar a los estudiantes de doctorado a progresar adecuadamente en el arte de escribir y publicar un artículo científico:

  1. El artículo no debe ser el único fin de investigar. Busca aportar valor, no solo aumentar tu ego, conseguir plazas, acreditaciones o cumplir las exigencias de un programa de doctorado.
  2. Planifica y busca calidad, no cantidad.
  3. Sé honesto y paciente, no busques atajos. Tu credibilidad está en juego. Comete errores por ignorancia o inexperiencia, no por tener prisas.
  4. Lee mucho para aprender a escribir y practica, practica y practica.
  5. Colabora con otros y escucha las críticas.
  6. Selecciona la revista adecuada.
  7. Cumple todas las directrices para los autores de la revista.
  8. Aprende y respeta el trabajo de editores y revisores.
  9. La difusión es clave. Tu trabajo con el artículo no acaba para nada con su escritura y posterior publicación.
  10. Publica, sencillamente, para mejorar.

En definitiva, tener clara la estructura de un artículo y planificar cómo vas a ir escribiendo el contenido de cada parte, te ahorrará cometer muchos de los errores típicos. Evítalos porque muy probablemente provoquen un rechazo prematuro de tu artículo. Recuerda: no busques atajos, escribe para mejorar y deja atrás tu ego.

En la segunda parte de este artículo de blog me centraré en hábitos productivos y saludables para mejorar tu escritura.

 

Notas: aunque me centro en el artículo científico, el 90% del contenido que trato se puede adaptar perfectamente a la escritura de un TFG, TFM o tesis doctoral. Según el tipo de investigación, algunas cuestiones que presento también pueden variar. Lo mismo sucede con el área de conocimiento. Mi experiencia está en las Ciencias de la Educación, sin embargo, un porcentaje muy alto del contenido de este artículo es aplicable a cualquier tipo de investigación y área de conocimiento.

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